Atletico de Rafaela

martes, julio 17, 2007

"A" soñAR....

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domingo, julio 01, 2007

"Todo lo que soy, es gracias a Atlético"

JUGADORES ASI NECESITAMOS: ""Todo lo que soy, todo lo que tengo, es gracias a Atlético" Iván Juárez está trabajando en la parte física para dejar atrás totalmente el año anormal que tuvo. Luego de recuperarse de aquella grave lesión se convirtió nuevamente en una de las figuras del equipo. Con la "sangre en el ojo" por la última temporada, hace un raconto de lo vivido y redobla las apuestas. Habla Iván, el grande. -¿Cómo empezaste en el fútbol? -Viene desde la cuna. Mi vieja es futbolera 100%, vive demasiado el fútbol, ya se pasa de vuelta. Jugábamos al baby junto con mi hermano en San Francisco. Me fui a Sportivo Belgrano, después jugué un año en Americano de Carlos Pellegrini con el "Topo" Riquelme, salimos campeones. Y ahí me llamaron para ir a Ecuador. Primero fui a prueba, estábamos de novios con Ana (ahora su esposa), tenía 19 años y me fui. Mi hermano, que tiene mucho que ver con mi carrera, hizo el contacto para que yo vaya. Estuve dos años, jugué en Macará y Cuenca. Y después decidimos volver porque queríamos buscar a Lara (su primera hija), que fue volver todo para atrás en el fútbol. -Entonces tuviste que volver a empezar. -Volví, puse un kiosco, con revistas, diarios, era canillita (risas), fue increíble, y empecé a jugar en Ramona. No ganaba nada de dinero, apenas me alcanzaba para pagar el alquiler, pero sabía que en la Liga era buen dinero. Enseguida se fue el técnico y llegó el papá de Ezequiel (Roberto Medrán), fue importantísimo para que yo tuviera una posibilidad acá. -¿En ese momento te imaginabas que ibas a tener la oportunidad de entrar al fútbol grande? -Uno siempre tiene la esperanza. Arreglé en Ramona, empecé a jugar y me di cuenta que las canchas son buenas, que había equipos en varios niveles, buena competencia. Pensé en algún Argentino "A", Argentino "B", Atlético parecía algo inalcanzable. El "Beto" empezó a hablarme, se empezó a hablar de mí. -Primero te fueron a ver de Ben Hur. -Sí, pero Ben Hur fue como que me subestimó. Me vieron justo contra Ben Hur y ese día anduve bien, metí un par de goles. Esa misma noche me llamaron, la situación había cambiado un poco y cuando empezamos a hablar algo de números me dijeron "nooo, usted es muy caro, usted juega en Ramona". Y ahí quedó todo. Después me siguió viendo Ghiso, le había gustado mucho, me fueron a ver contra María Juana, ese día hice tres goles. Después de todo eso me llamó (Carlos) Volta, estábamos en la Clínica porque venía Lara y fue como tocar el cielo con las manos. Ahí empezó todo, firmé el contrato, empecé a vivir en la pensión y al poco tiempo nos mudamos. Soy un agradecido a Atlético. Todo lo que soy, todo lo que tengo y todo lo que me puede seguir dando es gracias a Atlético. Disfruto estar donde estoy. -Imagino un cambio radical en sus vidas. -Fue un cambio muy lindo. Sentí el afecto de la gente tan rápido... Yo debuté contra Quilmes, jugué 15 minutos. El fin de semana siguiente fui titular, de enganche y fue el partido soñado. Ganamos 3 a 1, había llovido, anduve muy bien. Ese partido me marcó por cómo la gente me recibió, se hizo una relación muy buena. Pasó todo tan rápido. El primer torneo llegamos a la semifinal, al año siguiente el Ascenso. Siempre jugué de titular o estuve ahí. Y hace seis años que estamos acá. -¿El equipo del ascenso fue equipo ideal? -Lo seguimos hablando, ese torneo lo ganaron los jugadores que había, pero creo que el grupo era excelente. Eramos 22 ó 23 y estábamos todos constantemente llamándonos, comiendo todos juntos, preocupándonos, adentro de la cancha le pegaban a uno, saltaba el otro. Siempre íbamos para adelante. Creo que el que más ganaba era $ 1.500, había hambre. Si no tenés hambre, ese cosquilleo de lograr algo, que te molesta si no lo conseguís, no llegás a nada. Ese equipo lo tenía todo. Cuando no se podía ganar, se ganaba; cuando se lesionaba uno, entraba el otro y jugaba mejor. Se hizo un grupo de grandes jugadores, de muy buenas personas y hubo un técnico que, al grupo, lo hizo funcionar muy bien. -Luego tuviste la fortuna de jugar en otros niveles, más allá que decidiste volver. -Después de haber jugado en Primera con Atlético tuve otras posibilidades. Me fui a Banfield, ese año nos casamos con Analía. Tenía la posibilidad de ir a jugar a Vélez, me había pedido Fanesi, pero no llegaron a un acuerdo con Atlético en el préstamo. Sí con Banfield, así que me fui para allá. Empecé jugando pero después empezaron los problemas. Estábamos solos, la familia mucho tiempo sola, me aparecieron algunas lesiones, que creo que fueron producto del malestar que teníamos todos. Con el tiempo uno dice por qué no me quedé y para ver de qué manera podía acomodar la familia. Pero creo que lo más importante siempre es tener a los seres queridos bien y el resto es secundario. Cuando volví encontré las mismas ganas de la gente de querer hacer las cosas bien, encontré un club que cada día estaba mejor, ya era un grande de la categoría. -El último equipo jugaba bien, pero más allá de algunos problemas puntuales, no era un equipo con la personalidad necesaria para la categoría. -En el Nacional "B" se necesitan muchas cosas para salir campeón. Nosotros jugábamos bien, pero las finales se ganan a las patadas, a las trompadas, hay que aguantarse cualquier cosa. Es la única manera. En las finales se ve la gente de experiencia, se ve el "mañoso". Para mí nosotros perdimos el torneo en la última fecha, con Olimpo. Nos hizo el gol en el minuto 47, una pelota de m... Y 5 minutos después nos hicieron otro gol. No supimos cómo cerrarlo. El equipo jugaba bien por momentos y con eso le alcanzaba. Cuando jugaba mal, estaba Barovero. Nos faltó llegar al equipo decisivo con otro espíritu. Mi hermano me lo dijo "terminaron como lo que fueron". Es muy difícil conseguir cosas si no estás bien, si la cosa no está bien adentro tampoco. -¿Y cómo se hace para cambiar algo que se está haciendo mal?, comprobable desde donde se lo mire, desde adentro... -Es muy difícil. Lo podés cambiar, pero tenés que pelearte con todo el mundo y al que van a tildar de problemático va a ser siempre el que mete la cabeza. En un momento uno habló para arreglar algunas cuestiones, porque estábamos muy cerca de repetir algo que uno ya vivió. Por eso el no ascender fue una frustración. Me dicen que sacamos 68 puntos, que llegamos hasta la final. A mí no me sirvió de nada. La gente, nuestras familias, la dirigencia, quería ascender. Cada uno tenía su pensamiento, a mí lo único que me conformaba era volver a Primera. -Comienza otro año, una buena posibilidad de empezar a cerrar el círculo para vos. -Uno siempre tiene la expectativa y se prepara para lo mejor. Yo creo que, por los jugadores que están viniendo, que saben cómo es la ciudad, cómo es el club, muchos se quieren quedar a vivir. La gente va a apoyar como siempre. Yo cuando llegué acá el club estaba casi desaparecido. Después conseguí todo lo que conseguí y llegar otra vez a Primera División sería cerrar el círculo. Diario La Opinión Sábado 30 de Junio de 2007